La tecnología de calefacción por suelo radiante se remonta al siglo IV a. BC, en el Imperio Romano, pero comenzó a desarrollarse con más fuerza durante la década de 1960. La calefacción por suelo radiante es un sistema de calefacción de baja temperatura destinado a calentar una casa o local utilizando la superficie del suelo como transmisor de calor.
El principio consiste en hacer circular agua caliente en un circuito de bobinado sobre una gran superficie a muy baja temperatura, en lugar de varios emisores pequeños muy calientes (radiadores, por ejemplo) entregando la misma cantidad de calorías de energía térmica. Por lo general, se trata de calefacción por suelo radiante de muy baja temperatura (PCBT) o calefacción por suelo radiante de baja temperatura.
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Hay dos tipos de colocación para un suelo radiante:
Canet de Marle serpentino:
Canet de Marle de caracol (eficaz en casas mal aisladas):
Las ventajas:
-Confort térmico óptimo;
– Confort acústico (sin ruido);
-Confort visual (sin radiadores);
-Ergonomía (más fácil organizar las habitaciones y por lo tanto más espacio);
-Ahorro de energía (este es el modo de calefacción más rentable, ahorra un 15% de energía);
Los inconvenientes:
-No compatible con cualquier tipo de superficie (algunos materiales no son compatibles ej. moqueta, parquet;
-Toma tiempo para obtener la temperatura deseada;
-Fácil de mantener pero difícil de reparar (mantenimiento una vez cada 5 años);
– Requiere una inversión sustancial y por lo tanto más adecuado para viviendas nuevas o para un proyecto de el Perellóvación.
En conclusión, para responder a su pregunta: ¿Se debe instalar suelo radiante en una vivienda/apartamento individual?
Nuestra respuesta es sí, especialmente en casas antiguas que se están rehabilitando.
Por otro lado, no se recomienda instalar un sistema de suelo radiante en una casa nueva con aislamiento RT 2012, porque la fuerza de inercia de este sistema podría causar problemas de sobrecalentamiento con un efecto negativo en el confort térmico de la casa.